Para
aquellas personas que no desean una mascota, que no les gusta, que les asusta
sin motivo aparente, que creen que solo son un saco de pulgas ¡¡No saben lo que
se pierden!!
Estos angelitos
de cuatro patas nos dan la parte que nos falta como seres vivos en este
planeta, con ellos tienes un amigo siempre fiel, te brinda un amor incondicional,
protección ante cualquier otro ser, atento a muchas de tus necesidades y más si
estás enfermo o con el alma por los pies, te entienden a la perfección, te
hablan sin expresar palabra y siempre habrá una conexión especial y telepática entre
vosotros y a cambio solo quieren comida (por supuesto) y muchísimo cariño.
No solo
hablo de perros o gatos, que son los ángeles de cuatro patas más
comunes en nuestros hogares, también hablo de aquellos poco comunes y que se
ven cada vez más en muchos hogares de este mundo como caballos, cerdos, conejos,
cobayas, hámster y demás, ¡¡todos ángeles por supuesto!!
Cómo será la
terapia que nos regalan estos ángeles que hay centros de
rehabilitación en varias partes del mundo para niños y adultos con problemas físicos
y psíquicos como el síndrome de Down, autismo, parálisis cerebral, atrofia
muscular, etc. Estos centros de rehabilitación han adjuntado a sus terapias
normales, terapias con mascotas dándole al enfermo una mejor calidad de vida, otorgándoles
más apoyo psíquico para su restablecimiento, aumentan la autoestima, disminuyen
la ansiedad y la agresividad de muchos de los pacientes.
Estos ángeles
sin alas, nos regalan cada día un aprendizaje o mensaje subliminal
(mensaje o señal transmitida tan brevemente que no se percibe conscientemente
pero sí subconsciente) y nos tienen atados de una manera increíble y fantástica.
Pero hay muchos
desaprensivos que creen que estos ángeles no tiene sentimientos, que
pueden hacer lo que quieran con ellos porque los consideran seres inferiores, cuando
la verdad es que nos aportan más inteligencia y más humildad de la cual deberíamos
aprender y considerar, son magníficos amigos del hombre, sino fuera así, no nos
aceptarían tal y como somos ya que nos les importa si somos altos o bajos,
gordos o flacos, blancos, negros o verdes, ellos solo ven nuestro interior y
pueden hasta sacrificarse por nosotros.
Debemos
cuidar a nuestros ángeles de cuatro patas con esmero
y mucho cariño, ellos son un reflejo nuestro y ellos nos harán sentir
sentimientos que creíamos no tener y que posiblemente los teníamos muy
escondidos. Hay una oración muy hermosa “Cuando a Dios se le acaban las alas, pone
colitas”.